Dionisio y el Pisco


… y ahora que vuelvo a la ciudad
con la piel impregnada de bosques y vivencias,
con la mochila saturada de estrellas,
traigo (cual golondrinas del alma)
voces salvajes
que rompen las cadenas.

e.j. malinowski
En el año 2.002 tuve la suerte de regresar a Huaraz a pasar una pequeña temporada, ya había conocido a Dionisio hacía 2 años y como buenos amigos andábamos de arriba para abajo por Huaraz, y de la nada surgió la idea de subir con él y Felipe otro amigo vasco al Pisco. Dionisio para quien no lo conozca o no haya oído hablar de él, es un artesano Huaracino muy carismático en la ciudad y archiconocido por parte del colectivo montañero mundial que pasa por la ciudad de Huaraz. Un año después recibió por manos de un amigo una copia de estas fotos, años mas tarde me llegaron rumores que un mal día entraron a robar a su casa y entre otras pertenencias le habían robado también este gran recuerdo sentimental. Han pasado unos 9 años y tenia una deuda contigo Dionisio aquí la tienes:

Dioniso Monge Gamarra, alias Cuzco, nació en 1.951 en la antigua ciudadela inca. Desde el año 95 vive en Huaraz junto a muchas otras personas que emigraron de otras partes del país y del mundo. No sólo vende las artesanías que el mismo hace, sino le da la bienvenida a todos los turistas y es una fuente de información sobre los atractivos del Callejón de Huailas y las expediciones durante la temporada.

Entrevista realizada a Dionisio por la revista Peripheria julio 2005 :

¿Cómo fue el ascenso al Pisco?
Bueno, conocí a un catalán, Javi, aquí tengo un polo que me regaló, el es espeleólogo, y un día estábamos comiendo con un vasco, Felipe, y Javi me dijo: “Oye, que te parece si nos vamos a subir al Pisco?” Y Felipe, “Que sí, que mañana mismo nos vamos”, y yo dije, “ya pues, vamonos” y así espontáneamente me fui al Pisco. Preparamos la expedición y como no tenía equipo, Marco de Galaxia Expeditions me dio una parte: los guantes, los lentes, las polainas; y Alex de Skyline Adventures me dio las botas, los crampones, la bolsa de dormir y otras agencias amigas me dieron el resto. Finalmente, como se dice: me pusieron todo el equipo. Al dia siguiente llegamos al campo base y me acuerdo que estaba muy nublado, en junio, y comenzamos a caminar subiendo. Era altísimo, estábamos a 4.700 metros, y cuando llegamos al inicio de la morrena, javi me dijo que había que cambiarse los zapatos, hay que ponerse los zapatos de hielo, y me los puse. Imagínate caminar con esos zapatos toda la morrena, yo parecía un robot, y había que subir una pendiente tan empinada, 60 a 65 grados de inclinación, y tuve que subir arrastrándome como sea, y el piolet lo utilicé como bastón en medio de piedrones que no te cuento, mi hermano, grandísimos, y bueno, caminamos pasando los mojones, que son piedras colocadas unas sobre otras, que por ahí era la ruta.
Llegamos al inicio del glaciar, al campo morrena, y como seguía nublado instalamos la carpa y cenamos, yo llevaba mi hojita de coca y mi cigarrito, y aquí están las fotos que tengo donde estoy chacchando y pidiéndole a los apus, a la pachamanma, para que el cielo se abra.

Y a las 11:30 de la noche, yo salí de la carpa porque no podía dormir, estaba pensando preocupado que iba a subir el Pisco, y digo: “Oye, Javi”, estaban durmiendo, “Mira, el cielo esta despejado” Entonces Javi me dice: “Oye, se regaló el Pisco compadre”, y a las 12:15 de la madrugada comenzamos a subir, y el primer paso que doy en la nieve me caigo de espaldas, y ese fue mi bautizo del Pisco, me di una bajadita, un sustito, y bueno, comenzamos a subir con los crampones y Javi me decía, “Mira, cada paso que des, es un paso a la montaña, es un paso a la cumbre”, y seguimos caminando hasta que nos encontramos una pared de 30 a 40 metros. No sabíamos por donde continuar, y vimos que desde abajo venía un amigo, Aldo. No sabíamos quien subía en realidad, pero veíamos una lucecita allá lejos que venía y nos sentamos a esperarlo una hora.
En esa hora vimos el cielo, las estrellas, la luna, la luna hermosísima, te lo cuento ahora, pero verlo y vivirlo en ese momento fue algo maravilloso, indescriptible.
Huandoys Sur, Norte y Este


Cuando llegó, Aldo, nos dijo “Miren, así se va a subir, en zigzag”, y bueno, hicimos cumbre y al dia siguiente nos enteramos que fue la primera ascensión al Pisco después de semanas porque había estado nublado, no se veía nada, y entonces bueno, esa fue la experiencia grande del Pisco.


Hicimos cumbre y la nieve allí es como el azúcar, hermano. Allá arriba llevé mi cámara y tomé fotos de los Huandoys, del Huascarán, del Chopicalqui, del Chacra, del Artesón y del Alpamayo que está al fondo. Fue impresionante. Fue allí, a 5.752 metros, que recién entendí la razón de por qué es que viene tanta gente de todas partes del mundo a subir nuestras montañas.

Huandoy sur

Vistas desde la cumbre

Vistas del Huascaran Sur y Norte desde la cumbre del Pisco


La llegenda del Huascarán i el Huandoy
(Llegenda peruana dels yungas de Yungay, Ancash)

Al regne de la serralada dels Andes, al paradís de la vall del Callejón de Huaylas, vivien els déus. El déu suprem Inti (el sol), tenia una filla Huandoy.
Huandoy era tan bonica com una tendra i fresca orquídea. El seu pare pensava casar-la per a tota l’eternitat amb un déu de bellesa similar, i de les mateixes virtuts. Però al cor de la vall, dins del poblat dels yungas, Yungay, hi vivía un gentil i valent príncep mortal, anomenat Huascarán, que es va enamorar profundament de la bonica Huandoy. Huandoy corresponia al gran amor del príncep. Es trobaven d’amagat i eren feliÇos i sentien una forta passió i tendresa l’un per l’altre.
Quan el déu pare va assabentar-se dels amors entre la seva filla i el príncep mortal no era convenient per a una deessa. La passió dels joves prínceps era superior a les súpliques del pare, als seus consells i sermons.
Tan gran va ser la rábia que va sentir el déu suprem, Inti, davant de la força d’aquest amor amb un mortal, que va maleïr la parella d’amants i els va condemnar per a l’eternitat a viure separats.
Els va convertir en dues grans muntanyes de granit i els va cobrir de neus perpétues per calmar la seva ardent passió. Entremig de les dues muntanyes va situar una vall estreta i profunda per tal que estiguessin totalment aïllats. En la seva fúria, el déu pare va elevar les muntanyes a una alçada majestuosa, per tal que els prínceps per sempre més es puguin veure, però mai més no es puguin arribar a tocar.
Els enamorats ploren pel seu dolor, fonen gota a gota la neu que els cobréix i els seus plors d’amor s’uneixen en un llac de color blau turquesa per tota l’eternitat. Aquest llac rep el nom de Llanganuco i el trobareu si un dia aneu al Perú a una altitud de 3.400 metres sobre el nivell del mar. Les muntanyes que porten els noms dels prínceps Huandoy i Huascarám tenen una altitud de 6.560 metres i 6.768 metres; són les muntanyes més altes de la vall i de tot el país.

Luis Rodríguez Ortiz (Perú)

Intentando pasar desapercibidos como andinistas, justo antes de tomar el bus en Huaraz que atraviesa la cordillera andina del Callejón de Huaylas al callejón de Conchucos, de Yungay a Piscobamba despistando así a los guardas del control que hay a la entrada del parque nacional del Huascarán y ahorrándonos así unos 25 miserables dólares.


A la vuelta a pesar de haber caminado desde Cebollapampa 3.800 m lugar donde descendimos de cumbre para pasar la noche, hasta pasadas unas curvas después del control del Parque Nacional del Huascaran en la Quebrada Llanganuco bordeando las lagunas Orcococha y Chinacocha a pié y con la casa a cuestas, evitamos pagar la entrada al parque y su multa correspondiente…
Un taxi mas abajo nos dejó en Yungay donde agarramos un colectivo a Huaraz. Lugar dónde las cervezas cuzqueñas y la cumbia nos acompañaron durante toda la noche.

Si alguien por casualidad lee este pequeño artículo y tiene que viajar a Huaraz o tiene el correo electrónico de Dionisio agradecería mucho que le informen del mismo.

1 comentario:

Valentí Zapater dijo...

Hola Javi, tinc uns amics equatorians que se'n van a Huaraz pel juny.
Una abraçada,
Valen