Un bife de lomo con papas y otra quilmes de litro!



Robin en la cima del Sajama


Robin, dícese de un personaje de origen francés que conocí en Pampa de Leñas, en el Valle de Vacas camino de Plaza Argentina en el Aconcagua, nos hicimos compañeros de viaje turístico, compartimos mate, interesantes conversaciones y mucho puré de patatas. El es una especie de béstia humana fuera de lo común, semejante animal de carga preparado para sufrir lo que le propongan. Dejó el alpinismo hace 15 años, una noche fria escalando alguna famosa cara norte de los alpes, pensó que su vida duraria muy poco de continuar esa carrera, y se dedicó a trabajar y crear una familia, también estudió y viajó... Es una persona sencilla, no necesita gran equipo, unas botas viejas, un saco ligero de 750 gr. mucha capacidad para tiritar a la noche y una mochila para cargar con comida para 20 dias. A simple vista parece el típico turista de altura despistado que se le antoja viajar por capricho y subir la montaña más alta, yo así lo juzgué sin conocimiento...
Compartimos camino, nuestro ritmo era paralelo, cada cual con su idea e intenciones, en el ataque final juntamos nuestras miserias para vernos reflejados él uno del otro lo nada que somos en un medio hostil en que las sorpresas en modo de sufrimiento pueden aparte de mostrarnos su abanico de posibilidades, frenar física, mental y anímicamente. Así fué, sólamente el sexto dia que entramos en el valle fracasaron dos gladiadores ilusos, uno de ellos se rindió, "las montañas de la mente" que siempre le habian empujado adelante, dejaron de tener sentido, con la cabeza cabizbaja y con el rabo entre las piernas como un perro asustado me dirijí valle abajo sin remordimientos de conciencia por no haber luchado, por no haberme dado una segunda oportunidad... Dejó de tener sentido, el sufrir el comer más puré de patatas, queria la calor de Mendoza, el bife de chorizo, la quilmes de litro y una buena conversación sentado a la sombra de la parra del Hostel independencia, en pantalón corto, sin camiseta y descalzo compartiendo un buen malbec con algún viajero tranquilo exento de guia Lionely Planet sin prisas y dispuesto a disfrutar del camino, de las pequeñas cosas...



desde el campo 1 a 5.700 en el Sajama


Robín se quedó a la vuelta de nuestro iluso intento en el campo 3 de Guanacos, me pidió mis botas, que no són mias, que Pepe me las dejó 2 dias antes de viajar, porque mi intención era ir a Patagonia con esquis, pero mi compañero Diego una semana antes me dió la noticia que no venia por problemas físicos (conocedor del buen vino Mendozino y la facilidad de moverse solo por estas montañas i la avaricia por volver a pisar la cumbre más alta improvisé.)... Claro Robín pruébatelas le dije, yo probaré las tuyas, y así fué, sus viejas botas me las calcé y el se puso las koflach dobles. Un abrazo y mucha suerte le deseé. Cuatro dias más tarde me lo encuentro en Mendoza sucio, con la cara quemada, barbas de unos dias y unas zapatillas muy viejas de gaucho que le habian dejado en plaza de mulas, pero su sonrisa y la expresión de su rostro me dijo que gritó al viento desde lo más alto.




el Sajama



Esa noche Robin bebió demasiado, mucho y buen vino malbec, después de tanto sacrificio de mal dormir, de mal comer, de respiraciones arritmicas y jadeantes, se liberó y su instinto animal irracional básico se despertó hasta saciar su hambre, su sed, se despertó la béstia que lleva dentro en el Hostel Independencia en Mendoza, dónde varios personajes variopintos compartimos un espectacular asado para celebrar el aniversario de Chris, un buen alpinista y guia canadiense dónde pasa unos meses guiando en Aconcagua. Entre estos personajes de diversas nacionalidades, habian varias mujeres, pero entre ellas y la más linda estaba Maya.



Robin perverso por la saturación de alcohol en su sangre y la total pérdida de vergüenza, ignorante de sus actos y nulo de delicadez, inocente de él se dirigió a tan bella dama. Dama, que creo que era el centro del universo en ese momento y centro de atención de todo tipo de hombres, "sensibles, tipos duros, casados con 2 hijos (como en el caso de Robin), hombres dispuestos a abrir su corazón y a conocer a alguien para compartir el resto de sus vidas, coleccionistas de triunfos nocturnos, hombres tímidos, alpinistas con cicatrices de guerra, etc, etc..."



en Arica



Con Maya mantubimos una especie de conversacion sentimental profunda, especie de reflexiones instintivas humanas, de metamorfosis mental que muchos de nosotros tarde o temprano experimentamos, es como una especie de reloj biológico de inquietud procreativa en la que la alarma de cada uno se activa en diferentes momentos. Creo que ambos pasamos por ese momento de especie de transformación interior y mental, dos viajeros paralelos que viven en mundos diferentes que necesitan ir muy lejos para encontrar algo que no se busca... Yo todavia no he encontrado nada, ni a mi mismo. Ironias de la vida.



El cerro Aconcagua

Al dia siguiente prolongamos nuestra conversación en el patio del Hostel a la sombra de la parra sin prisas, rellenando la taza de café repeditas veces para alargar esa agonia provocada por la química, con el intercambio de miradas profundas, queriendo estirar ese momento, ese estado de tiempo... Compartimos unas horas, unas empanadas, una quilmes de litro , un abrazo y un adios.



Por el valle de vacas




Ese mismo dia el destino me embarco con Robin en el mismo bus, muchas horas y más bus a Bolivia, parando previamente en Copiapó y Arica. Nuestras mentes no estaban en el camino, ni en la montaña a ambos una mujer entró en los refugios más polvorientos de nuestras mentes, la montaña no importaba, pero tanto él como yo, sabíamos que era nuestro camino...



El Cerro Fitzgerald y el Cerro Mercedario


(Aconcagua, nombre repetídamente nombrado por los números de su altura sobre el nivel del mar, desgastadamente transitado, numerosamente ascendido, ansiado, actua como un filtro al lado de su hermano escolta hacia el este el Cerro Fitzgerald desapercivido por los números del centinela de piedra, hacia el Oeste el olvidado y hermano cerro Cuerno, pero la belleza y soledad del Fitzgerald me ha llamado su atención. No entiendo el afán de lo más alto, de lo más grande, incluidas mis intenciones.)





En Arica un baño en la playa, al dia siguiente campo base a 4.500 al otro a 5.700 y mierda, me despierto dévil con diarrea y bomitando, me digo a mi mismo, dedícate a hacer el turista a disfrutar de la gastronomia y de lo que hace todo viajero común... Robin volvió a gritar al viento desde lo más alto. Decididamente, me he prometido no volver a las alturas, he vendido equipo en La Paz, actualmente disfruto de la gastronomia y la calor de Mendoza hasta el fin de las vacaciones.


Uno de los asados del Hostel Independencia... Mañana habrá otro!